martes, 17 de julio de 2012

Cap. 2 "Un Extraño en Casa"


-¿Está bien, señora?


¿Señora? Tenía sólo veintinueve años, no era ninguna señora, demonios. Tenía edad de salir con aquel chico, no de ser su madre. Era a causa de su indumentaria, seguro. Llevaba un traje de chaqueta oscuro, una blusa de cuello alto y un moño, y seguramente estaba tan fuera de contexto como una solterona victoriana en un club de striptease.


-Estoy perfectamente -le soltó al chico, y él siguió su camino sin echar ni una mirada atrás.


Lali terminó de bajar los escalones y empezó a caminar por la playa con cuidado de no estropearse las medias. La casa estaba en las faldas de una pequeña colina, a la que se llegaba por una estrecha calle. Si Lali hubiera tenido la llave del garaje, habría podido entrar por allí y evitar la playa, pero no la tenía.


Mientras caminaba, iba pensando en su trabajo. ¿Qué pasaría si no encontraba clientes enseguida? No tenía ningún problema a la hora de entender lo que necesitaban y hacer su trabajo, pero tenía un punto débil: venderse a sí misma. Aquella era la especialidad de Cande. Su ex socia sabía cómo persuadir y engatusar, pero sin embargo, en aquel punto Lali estaba perdida. Y aquella era una cualidad muy necesaria, sobre todo cuando se empezaba un negocio desde cero.


¿Qué pasaría si se moría de hambre? No, de ninguna manera. Ella era una superviviente y una trabajadora nata, exactamente igual que su madre. El padre de Lali había muerto cuando ella tenía tres años, y su madre no se había hundido. Había conseguido dos trabajos, uno en una lavandería y el otro en una cafetería. Siempre había conseguido llegar a fin de mes. Su madre había salido adelante.


Lali había pasado mucho tiempo jugando bajo las mesas de la cafetería. Las camareras le hablaban en su típico tono práctico y le ladraban para que saliera de debajo de las mesas cuando había muchos clientes, y jugaban con ella, con la Barbie y con Ken en los momentos de tranquilidad. Y todavía a su edad, cada vez que olía el jabón de una lavandería, se ponía contenta.


Mientras caminaba por la arena de la playa, pensó que sobreviviría. Y si las cosas empeoraban, siempre podría encontrar un trabajo por cuenta ajena, temporalmente, por supuesto.


El sudor estaba empezando a humedecerle los costados de su carísimo traje, y aquello significaba una factura de la tintorería. Intentó pensar en cosas refrescantes mientras avanzaba arrastrando las maletas, cuyas ruedas no servían de nada por la arena. Ya casi había llegado. Sólo un pequeño esfuerzo más.


Cuando por fin estuvo frente a la casa, se quedó mirándola. Era pequeña y vieja. Parecía que una buena ráfaga de viento podría llevársela por el aire. Ella había pasado un fin de semana allí con Cande, haciendo los planes para su nueva empresa, y recordaba la casa más bonita. Durante un segundo se sintió decaída.


«Pintoresca y acogedora, con un encanto rústico». Así la describiría en el anuncio de la inmobiliaria para intentar venderla en cuanto anduviera lo suficientemente bien de dinero como para mudarse. «Recordarás esto y te echarás a reír», se dijo a sí misma, cerrando los ojos para visualizarlo...


Su marido y ella caminando entre las rosas del jardín de su rancho en Thousand Oaks. Su dulce voz en el oído, preguntándole: «¿Recuerdas cuando eras una novata que vivía en una casucha destartalada?». Ella miraría hacia arriba, a sus ojos, porque por supuesto él sería mucho más alto, y reiría encantada. «Mírate ahora», continuaría su adorable esposo, «has contratado un empleado y así tienes mucho más tiempo para estar conmigo, tu marido que te adora. ¿Te apetece nadar?».


Y entonces, los dos se zambullirían en su piscina olímpica y nadarían, mirándose y sonriendo.


Lali suspiró y abrió los ojos, reconfortada por la visión del glorioso futuro que le esperaba. Tenía que ponerse en marcha. Sólo que no había dormido en treinta y seis horas y estaba muy cansada...


Empezó a subir las escaleras del porche tirando de las maletas, sudando y resoplando del esfuerzo. Sacó la llave de Cande del bolso y la metió en la cerradura, pero alguien la abrió desde dentro. Ella se tambaleó, dio dos pasos hacia delante y se chocó con el pecho cálido, sólido y desnudo de un hombre.


Él la tomó por los hombros y la sujetó durante unos segundos para que recuperase el equilibrio. Tenía las manos fuertes y los ojos muy azules.


-Ho-la -dijo, mientras la sostenía.


Desconcertada por la sorpresa, y por el hombre, sólo pudo responder «hola», antes de que un enorme perro blanco y negro del tamaño de un oso saliera corriendo de la casa. Detrás de él iba un niño con una gorra, que se paró para darle una palmada en el brazo al hombre. Después gritó:


-¡Tú la llevas! -y bajó corriendo por las escaleras hasta la playa, detrás del perro.


-¡Tiempo muerto! -respondió el hombre, y después bajó la mirada hasta Lali-. Lo siento. Soy Peter Lanzani -dijo, y le tomó la mano para estrechársela, con los ojos llenos de risa al ver su confusión.


-Lali Esposito -dijo ella débilmente.


-¿Puedo ayudarte en algo? -preguntó él. Era un poco más alto que Lali, morocho, y estaba muy moreno. Tenía el cuerpo musculoso y demasiado expuesto, salvo lo que estaba debajo de un bañador hawaiano. Estaba muy relajado para ser alguien a quien acababan de sorprender ocupando ilegalmente la casa de la playa de Cande.


-¿Es esta la casa de Candela Vetrano? -quizá se hubiera confundido de casucha. Ojala.


En aquel momento sonó su móvil y respondió la llamada.


Peter Lanzani se apoyó contra el quicio de la puerta y la observó.


-¿Qué? -dijo, irritada-. ¿Dígame?


-¿Lali? -aquella voz era la de su amada ex socia.


-Gracias a Dios, Cande. Estoy en la casa, y, no te lo vas a creer, pero...


-Hay un hombre. Ya lo sé -le dijo Cande-. No tuve oportunidad de decírtelo. Lo contraté antes de que nos viniéramos a Londres para que hiciera algunos arreglos y pintara para poder vender la casa.


Lali miró a Peter, que continuaba observándola, y después se volvió y se alejó unos pasos para continuar la conversación con un poco de privacidad.


-Me gustaría que me lo hubieras dicho.


-Te lo estoy diciendo ahora. Y hay una cosa más... Puede que viva ahí una temporada. Como parte del trato, le dije que podía quedarse hasta que terminara la reforma.


-¿Le dijiste que podía vivir aquí? -preguntó ella con la voz temblorosa. Después le dedicó a Peter una débil sonrisa.


-Es bueno tener a alguien ahí para que vigile un poco las cosas. Era para matar dos pájaros de un tiro.


-Tenías que haberme avisado.


-Supongo que estaba distraída. Y tú te marchaste tan rápidamente... Peter es un buen chico, es completamente de fiar. Ha trabajado para mis vecinos, y también cuidaba de sus hijos mientras ellos salían a hacer recados, o a trabajar. Es muy amable. He hablado con él varias veces.


-Pero, ¿él va a vivir aquí? -le preguntó Lali entre dientes-. ¿Conmigo? -y de nuevo, intentó sonreír a Peter.


-Hay dos habitaciones, Lali. Y él no te va a atacar, ni nada por el estilo... a menos que tú quieras, claro -y entonces añadió, en un tono más bajo-: Si yo estuviera en tu lugar, déjame decirte que... guau.


¿Guau? Aquello no era propio de Cande.


-¿Por qué me dices eso? -le preguntó Lali exasperada, con la esperanza de que Peter no hubiera oído nadó. de aquello.


-El amor está por todas partes, Lali. Párate a oler las rosas.


¿Oler las rosas? Todo lo que Lali olía era a algas y a pescado... y a una esencia de coco que Peter Lanzani llevaba en el cuerpo.


-Muy bien, ya hablaremos de esto.


-Lo digo de veras -insistió Cande-. Replantéate la vida. Yo he empezado a pintar acuarelas de nuevo.


Lali se mordió la lengua.


-Estoy segura de que te llevarás muy bien con Peter. Tiene muy buen carácter.






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Holiiis..... perdon por subir tarde... si quieren mas digaaan! :D hoy si o si va doble para recompensar :D


Besitooossss


@LalaEsposito_MF (Maria Flor)

13 comentarios:

  1. muy buenoooo :) yo si quiero mas jjajaja

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  2. Ni se pregunta,jajaja,mas novela.

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  3. Me parece a mi k Cande la metió en una buena encerrona.¡¡¡¡k la disfrute!!!.

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  4. Me encanta, cande genial!!! Más!!

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  5. Jaja fuee buenisimooo pobree lali jajajaa pro pss no creo que peter sea tan mala compañia mee encanto subi maas :DD

    @maaff_lazaro

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  6. ups! un detalle olvidarse de ello! jajaja me encanto el capítulo! maaas noove! Besos

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  7. me esta gustando mucho, tenes talento , espero mas gracias @lalipeter12

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  8. jajaj yo me muero si me pasa eso ahora si me pasa eso y me encuentro a peter y daleee huelo las rosas y tooodooo jajaja
    masssssssssss

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  9. esta muy buena la nove :D sube mas

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  10. me encanto el cap si yo viviera con peter sabes lo que le haría jeje comentario un poco zarpado jeje igual me encanta tu nove :)
    att:lali-alex

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  11. No se porque no me había dejado comentar el cap anterior u.u pero bueno cuando este de la compu comento :)me encanto el cap esta buenisima la nove, ya quiero saber como se llevan Lali y Peter y por dios Peter cn traje de baño! !!! :p Jajajaja gracias por subir cap y la nove!! @LuciaVega14

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