Un soplido de aire húmedo despertó a Lali.
¿Acaso se habría dejado abierta la ventana de su apartamento de Londres y
estaba entrando la llovizna? Abrió los ojos justo cuando una mancha negra y
mojada le gruñía en la cara. Enfocó con un ojo y se dio cuenta de que los
sonidos provenían del perro que había salido corriendo de la casa cuando ella
había llegado. Muy satisfecho por haberla despertado, el animal empezó a
sacudirse vigorosamente, esparciendo arena y agua por todas partes.
Lali volvió a la realidad y se le encogió
el estómago instantáneamente. El precioso piso que compartía con Cande en
Londres se había desvanecido, y en su lugar había una casa destartalada en la
playa, llena de material de deportes acuático y escombros de obra. Oyó el
sonido de un rock and roll que venía desde el porche,- la risa de una mujer y
la voz de Peter.
El perro volvió a acercarse a su cara,
gimió desesperadamente un levántate y juega conmigo» y, al ver que Lali no se
movía, se dio la vuelta y se marchó en busca de cosas más interesantes.
Tenía arena por todas partes, en los
ojos, en el pelo, en la piel. No era su imaginación exhausta. Cuando se
incorporó, encontró arena por todas partes.
La luz débil le dio a entender que estaba
atardeciendo. Atontada, y sin haber descansado lo más mínimo, miró el
despertador. Lo había puesto en la mesilla de noche la tercera vez que Peter la
había despertado haciendo ruido por la casa. Al ver el reloj, se dio cuenta de
que sólo había dormido una hora.
Miró el agujero gigante que había en la
pared que daba a la habitación donde dormiría Peter. A juzgar por el sonido
exuberante de la risa de la mujer, era posible que Peter tuviera compañía
aquella noche. A Lali le gustaría decirle que no, porque la última cosa que
quería era escuchar gemidos eróticos y los golpes del cabecero de la cama en la
pared, pero no estaba segura de querer sacar el tema del sexo bajo ningún
concepto. Sólo tendría que aguantar a su invitada nocturna una noche, quizás
dos , hasta que Peter se mudara.
Lali se sacudió a arena, saltó de la cama
y se acercó al espejo q había sobre la cómoda para comprobar si su aspecto era
tan malo como era de esperar. Sí. El pelo se le había soltado del moño, tenía
el rímel corrido por las ojeras y las marcas de los granos de arena en la
mejilla izquierda.
Sintió algo suave bajo los pies y al
mirar encontró las medias de seda hechas un lío. Tenían agujeros y carreras por
todas partes. Se había molestado en protegerlas de todo daño mientras caminaba
por la arena de la playa sólo para que aquel monstruoso perro las tomara de la
cómoda y las destrozara. Ni siquiera tuvo la energía suficiente como para
enfurecerse con el animal. Al menos, tenía un segundo par en la maleta.
-¡Peter, no! -dijo la mujer, en un tono
que quería dar a entender Peter, no pares». Tretas femeninas y flirteos
tímidos. Tonterías. Lali no se andaba con jueguecitos. Si quería acostarse con
un hombre, cosa que hacía de vez en cuando, se lo demostraba con un beso, o
respondía favorablemente a sus caricias. O simplemente, lo sugería. ¿Por qué
ponerse tonto con algo tan básico y humano?
Por supuesto, últimamente, con toda su
atención puesta en Business Advantage, no había tenido mucho tiempo para el
sexo. Por aquella razón, posiblemente, todavía tenía fija en la mente la visión
del cuerpo de Peter. Una vez que su carrera profesional estuviera encauzada, se
abriría a una relación. La oportunidad sería perfecta.
Por el momento, desharía las maletas y
escribiría una lista de cosas personales que tenía que organizar. Tenía que
hacer algún progreso antes de acostarse definitivamente por la noche, o nunca
conseguiría pegar ojo.
Miró a su alrededor por la habitación
llena de cachivaches. Tenía que pedirle a Peter que se llevara sus cosas antes
de poder deshacer las maletas. Después tendrían una charla relativa al período
de tiempo que le llevaría reformar la casa.
Para hacer todo aquello, tenía que
adecentarse lo suficiente como para salir al salón. Se cepilló el pelo, se puso
una camiseta y unos pantalones cortos y se lavó la cara. No quería parecer tan
desaliñada como se sentía.
Se asomó por la esquina y vio a Peter y a
su amiga, que llevaba un biquini minúsculo, bailando en el porche. El perro
saltaba de vez en cuando como si quisiera participar también, pero para bailar
con Peter, no con la mujer. Ella se reía con aquellas carcajadas exuberantes
que significaban que estaba interesada, sexualmente hablando.
Peter también sonreía, pero tenía una
expresión distante que parecía indicar «no te acerques demasiado». Ella se
preguntó por un instante qué haría falta para que Peter Lanzani se sintiera
afectado.
Aquello, de todas formas, no era asunto
suyo. Sin embargo, el baile la hizo sonreír. Cuando estaba en la universidad,
había empezado a tomar clases de baile como ejercicio, y le habían encantando
la gracia y la libertad de las sensaciones que le producía. Había conocido a Pablo
en las clases, y habían empezado a salir. Echaba de menos bailar. ¿Cuánto hacía
que no se movía al ritmo de la música, sola o con una pareja? Una vez que
tuviera la empresa bien establecida, saldría a divertirse también. Todo a su
debido tiempo. Y de acuerdo con un plan. Planear las cosas proporcionaba
libertad.
Peter vio a Lali y/dejó de bailar.
Me gustaron lso dos capítulso espero los proximos !!
ResponderEliminarbesos
TAN TAN! quiero ya el proximo capítulo! maaas nooove! Besos
ResponderEliminarMás, más!! Quien es la amigita, marcamela y yo me encargo je!
ResponderEliminarchan chan!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! qe va a decir Peter!!! ay no que no lo heche por favor!!!! qe se qede ;) jajajaja me encanto la nove esta buenisima!!! mas por fas!! gracias por avisarme al twitter :D <3
ResponderEliminarjajaj masss
ResponderEliminaro.O es buenisimaa la novee me dejastee super intrigadaa Jaja pobre lali la desperto el perro jajaja paraa mi que peter invita a bailar a lali es genial la novee seguilaa ;)
ResponderEliminar@maaff_lazaro
Lali es muy estructurada ,necesita diversión espontánea ,Peter se la va a dar con creces.
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