viernes, 20 de julio de 2012

Cap. 9 "Un Extraño en Casa"


-¿Estás seguro de que no quieres que te ayude en nada? -preguntó ella. «Para dejar de comerte con los ojos.

-Nada -respondió él. Por la forma en que él encendió el fuego y puso la mantequilla en la sartén, ella constató que sabía apañárselas en la cocina.

La cocina de aquella casa era pequeña... no, acogedora, se corrigió, pensando como una vendedora de pisos. La encimera no era muy grande, pero encantadora, de azulejos blancos y azules bien colocados. El fregadero y el grifo, sin embargo, estaban viejos y oxidados. Tendría que invertir unos cuantos dólares en reemplazarlos, porque el baño y la cocina de una casa eran dos grandes bazas para venderla. La cocina era antigua, pero estaba limpia y parecía que funcionaba bien.

-Al menos, voy a poner la mesa -dijo ella, acercándose a un armario que estaba al lado de él, donde imaginó que estarían los platos. Sin embargo, encontró cuencos, frascos de harina y azúcar y legumbres.

-Ahí arriba -Dijo Peter, y levantó la barbilla para señalarle el lugar mientras cortaba champiñones.

-Perdona -dijo ella, que se estiró para tomar los platos por delante de él.

-No te preocupes -dijo Peter, sin moverse ni un centímetro.

Lali sintió sus ojos en el cuerpo y su sonrisa perezosa, y se sintió molesta por la intimidad que desprendía aquella situación. Tomó dos platos y decidió esperar a que él se alejara de la encimera para alcanzar los vasos de agua de la estantería más alta.

Gracias a Dios, los cubiertos estaban en el primer cajón que abrió. Sin embargo, no se arriesgó a buscar las servilletas, que seguramente estarían en un cajón a la altura de la ingle de Peter, y tomó dos trozos de papel de cocina. Después se acercó a la mesa, en la que había más cosas de Peter, un manual para reparar bicicletas, un set de llaves inglesas y un taco de revistas de surf, de buceo y de vela.

-Parece que haces muchos deportes acuáticos -le comentó para darle conversación mientras ponía la mesa.

-¿Y qué otra cosa podía hacer, viviendo en la playa? Me gusta pasarme el día en el agua.

Lali pensó que quizá estuviera bien pasarse el día en el agua de una piscina, limpia y clara, pero no en el agua asquerosa del océano, llena de algas y de criaturas misteriosas que no se veían. Además, el agua salada le irritaba los ojos.

Cuando terminó de poner la mesa, observó cómo Peter picaba con destreza un trozo de cebolla y la echaba en la mantequilla que borboteaba en la sartén. Estupendas manos.

Lali se obligó a apartar la mirada, y se fijó en el linóleo del suelo. Estaba descolorido, agrietado y abombado. Habría que cambiarlo también. Esperaba que fuera parte del trabajo de Peter. Si no, tendría que pagarlo ella.

Era la ocasión perfecta para preguntarle qué era lo que le había pedido Cande. Se lo preguntaría amablemente, no con su estilo directo habitual. Después de todo, aquel hombre estaba cocinando para ella.

-Supongo que la empresa de construcción para la que trabajas te deja mucho tiempo libre para hacer deporte.

Peter soltó una suave carcajada.

-¿Empresa de construcción?

La miró mientras tomaba el aguacate. Lo agarró con la palma de la mano ahuecada e hizo que saliera la carne con tanta facilidad que ella casi no pudo creérselo.

-Yo trabajo por cuenta propia.

-¿Y... mm.. cómo te metiste en esto de las reformas?

-Realmente, no estoy en esto de las reformas -respondió él mientras colocaba el aguacate cortado en forma de abanico sobre la tabla-. Tengo amigos en el negocio -empezó a cortar el queso.

¿Había aprendido la albañilería de los amigos? De los amigos del bar, sin duda, mientras fanfarroneaban de sus hazañas en la construcción con unas jarras de cerveza. Aquel chico era un vagabundo que vivía en la playa. Un vagabundo encantador, pero un vagabundo, al fin y al cabo. Quizá el sentido común de Cande se hubiera ido al garete incluso antes de llegar a Londres.

-Cande dice que trabajaste para su vecino - le comentó, en busca de alguna credencial.

-Sí. Fue muy divertido. Y después Cande me encargó este trabajillo.

¿Trabajillo? ¿Aquello era un trabajillo?

-Así que no eres exactamente un albañil.

-No. Doy clases de buceo, de vela, de surf, reparo bicicletas, esto y aquello.

Al menos, él tendría otros ingresos y sería capaz de pagar otro alquiler cuando se mudara.

-Bueno, cuéntame lo que Cande te pidió que hicieras.

-Esto y aquello -dijo él mientras rompía los huevos con una sola mano y los echaba en un cuenco a la velocidad del rayo.

-Especifica, por favor.

-Muy bien... Veamos... Reparar el tejado, el agujero del muro entre las dos habitaciones, quitar el linóleo del suelo y poner azulejos... empapelar, arreglar el baño, pintar el interior y el exterior... Eso es todo, creo.

-Eso es mucho -dijo ella, agradecida por que Cande le hubiera encargado que hiciera tantas cosas, pero preocupada por tener que vivir con el caos y el desorden que todo aquello supondría. Por otra parte, si cancelaba algo, tendría que pagarlo ella misma, y no podía permitírselo-. ¿Y cuánto tiempo crees que tardarás?

7 comentarios:

  1. aii quiero más nove me encantaron los dos capítulos !!

    ResponderEliminar
  2. q lindos,con tantos trabajos tiene para estsar allí por largo rato!

    ResponderEliminar
  3. jajajajajaja buenisimo mee encantaa como lali trata de correr a peter & cada vez le parece mas encantador es genial la novee (:

    @maaff_lazaro

    ResponderEliminar
  4. Le da mieditis a Lali quedarse sola con Peter,jajaja.

    ResponderEliminar
  5. aaaayyyyy no ya voy y me lo traigo a Peter yo quiero qe me cocinnen!!!!!! :D jajajaj no sabes si Cande le habia mandado cosas que hacer a Peter :P jajajajaja y yo que Lali aprovecho el tiempo qe se qeda y .... qe se conozcan mas!!!!! <3 jajajaja me encanto el cap! gracias por publicar nove, me re encantooo!!! <3 @LuciaVega14

    ResponderEliminar